Un nuevo amanecer
- lacuentacuentos
- 13 ene 2019
- 1 Min. de lectura
Había soñado que nadie le despertaría; entonces sopló el viento y las cortinas comenzaron a hacerle cosquillas en sus pies.
No dudó en levantarse, entonces se percató que ya no estaba soñando.
¿Para qué soñar, si podía salir en busca del presente?
No se puso zapatos y a pies descalzos comenzó a caminar por las estrellas. Ya nada era tan importante como para olvidar lo que estaba sucediendo. Quiso tomar la mano de alguien para que le acompañara, pero a quien quería estaba lejos. Le sonrió a la Luna que jugaba a rodar alrededor de la Tierra. Fue tal su concentración, olvidándose por completo que comenzaba a llover frente a sus ojos.
Se mojaron las flores. Y el césped quedó limpio para recostarse por un rato. Se tendió ahí y de nuevo comenzó a soñar.

Llegaron los ángeles, quienes traviesos le llevaron de nuevo hasta su cama para que pensara que nunca había despertado. Sus ojos somnolientos y algo entreabiertos alcanzaron a ver como el último ángel cerraba su ventana.
A la mañana siguiente, cuando el sol comenzaba a acariciarle de pies a cabeza, volvió a abrir los ojos y el cantar de los pájaros y la aurora le daban indicios de que hoy sería un día diferente.
Lo que había visto, lo que estaba ahora viendo nunca ha sido un sueño, sabe que el presente tiene ángeles, lluvia que limpia cualquier cosa y que a quien uno ama nunca se va lejos.
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